Crisis de derechos humanos: el caso de la frontera Arizona/Sonora
Isabel García (Estados Unidos)
7/10/2011. Isabel García es estadounidense de origen mexicano. Ella se define como chicana pero sus compatriotas la llaman "sucia mojada". En este vídeo, explica las razones del maltrato o mal trato, dependiendo del caso, a los migrantes mexicanos que cruzan, o lo intentan, la frontera de Arizona.
Arizona se ha convertido en el laboratorio para el diseño de medidas antiinmigrantes en Estados Unidos, que luego son replicadas por todo el país. Estas políticas fronterizas se iniciaron en 1994.
En este contexto, distintos sectores de la sociedad americana, activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos, se están movilizando y realizan acciones a favor de los derechos de los migrantes.
Biografía
Abogada. Directora de la Legal Defender´s Office del condado de Pima (Arizona, Estados Unidos). Copresidenta de la organización Derechos Humanos.
Isabel G. García es una destacada defensora de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos. Sus diferentes trabajos en este ámbito le han hecho merecedora del Lannan Cultural Freedom Award en 2008 y del Premio Nacional de Derechos Humanos de México en 2006, convirtiéndose en la primera persona no nacida en México que recibe este galardón.
Como abogada, García se convirtió en una de las voces más críticas que se alzaron contra la Leyde Arizona, promulgada en abril de 2010 para regular la inmigración en este estado. Tanto es así que ha llegado a ser considerada como «enemiga del país» por el grupo anti-inmigración American Border Patrol.
Isabel G. García es uno de los miembros fundadores de la Red Nacionalde Derechos de los Migrantes y Refugiados, situada en Oakland, California; además, en varias ocasiones ha formado parte del Consejo Consultivo del Instituto Mexicano en el Exterior.
Desde 1992, se encarga de la Legal Defender´s Office del condado de Pima, lo que le ha convertido en una experta mediadora en asuntos migratorios.
¿De qué lado de la frontera?
Viernes 7 de octubre de 2011
Hablar de fronteras es hablar del deseo, de la necesidad de cruzarlas, de migraciones. Las fronteras separan y, a la vez, ponen en contacto realidades distintas, distintas siquiera porque una frontera las separa.
En la frontera se dan cita formas diferentes de vivir y surgen nuevas formas de convivir: mezcla de lenguas, rostros, valores, costumbres y culturas. Las identidades se entrelazan y reconstruyen. Pero los ríos, montañas o meras rayas fronterizos son también lugar de separación: política, geográfica, económica y étnico-cultural. La frontera es un “no lugar”, utopía negativa donde los derechos y las personas son cuestionados.

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